Trabajos tridimensionales con ácido hialurónico
Si hay una especialidad que convenga a la medicina estética, esa es la cirugía maxilofacial, en la que la estructura es pura matemática.
Dicen que la naturaleza está regida por un orden orgánico que se parece bastante a las matemáticas. Y de este asunto, del equilibrio de formas y estructuras pocas especialidades médicas saben tanto como la cirugía maxilofacial. Así es la doctora Laura Bermejo, una especialista de la cara y el cuello. Para ella, las líneas del rostro, la mandíbula, la nariz, la frente, el cuello, el cráneo en sí, es material primordial de estudio y de trabajo. Así se formó y desarrolló su carrera: haciendo cirugías plásticas faciales, hasta que se apasionó por la medicina estética, también facial. Así que se puso manos a la obra para ampliar su abanico de trabajo. “El trabajo en la Sanidad pública escaseaba bastante, y los cirujanos maxilofaciales conocemos muy bien la tridimensionalidad de cara y cuello. No sólo nos fijamos en una arruga en concreto, sino en la estructura esquelética, en la oclusión dental, la armonía facial, las formas de los maxilares… porque muchas veces una mala posición dental da lugar a un labio con forma distinta de la que tendría de otro modo. Siempre voy un paso más allá y me fijo en todas las estructuras en su conjunto. Mis tratamientos se basan en el total face o full face, en una armonía global”, detalla la doctora.
Bermejo ha pasado por varias provincias, testando lo que cada mujer añora a la hora de ponerse en manos del mejor médico estético. “Soy de Santander, trabajé allí, estuve unos años en Barcelona, y ahora en La Coruña”, explica. Ella cuenta allí con consulta privada, pero también pasa visita en la Clínica Quirón y en un centro médico de Riazor, además de colaborar para varias clínicas más. “Son curiosas las diferencias entre lo que piden las mujeres dependiendo de la provincia. Todavía existen zonas en las que la medicina estética es un tema algo tabú; en determinados lugares, si le haces un tratamiento a alguien, incluso aunque sea la persona más feliz del mundo con su resultado, no se lo cuenta a nadie.
Sin embargo, cuenta la doctora que cada vez hay menos mujeres sin haberse hecho algo: “se incrementa a la velocidad del rayo el número de treintañeras que llevan ácido hialurónico, por ejemplo. "Las ojeras, bolsas, el aspecto cansado en el rostro es donde primero se nota el envejecimiento, y por ello, son los tratamientos más demandados " razona.