El ácido poli-L-láctico en tratamientos corporales: adiós a la flacidez
La doctora Paula Rosso, co-directora del Centro Médico Lajo Plaza, en Madrid, responde a todas tus dudas.
Sabemos de sobra, a estas alturas del campeonato que cuando la flacidez hace aparición en determinadas zonas, las que más nos preocupan, como el interior de brazos y muslos, los glúteos o las rodillas, no hay cosmético que valga, por muy fiero que sea. Por eso desde hace un tiempo, los tratamientos médico-estéticos con ácido poli-L-láctico están desbancando a todas las otras opciones posibles. Nos lo cuenta una eminencia en medicina estética corporal: la doctora Paula Rosso, que nos hace una radiografía precisa de en qué consiste este tratamiento.
- ¿Qué ha supuesto la evolución de este producto en remodelación corporal?
La verdad es que ha sido una auténtica revolución. Además, actualmente hay dos versiones con dos concentraciones diferentes, lo que supone una función dual entre la remodelación y la producción de colágeno. Una sería para glúteos y otra para muslos (cara anterior y posterior), abdomen y rodillas. Nosotros utilizamos mucho la versión para glúteos porque no aporta una voluminización exagerada, es más una remodelación.
- Y en el caso de los glúteos, donde la celulitis campa a sus anchas, ¿qué nos puede decir de ella?
Que mejora considerablemente, además, la flacidez y la celulitis. Con la edad, al perder colágeno, la celulitis se acentúa, por eso me gusta tanto utilizarlo. Es un excelente remodelador. Además, bien colocado, con la pericia de un buen médico, se obtienen unos cambios estéticos muy bonitos, siempre que sean pacientes que valoran la delicadeza. Si ella hace deporte y se cuida, pero no va buscando cambiar de talla, es sensacional, porque da cierto volumen, pero es muy sutil. Notas cómo el glúteo se redondea.
Notas una piel más redensificada, con más grosor y más cuerpo, una piel más joven y revitalizada. El efecto dura más de dos años.
- ¿Y qué hay de brazos y muslos?
La otra presentación de poli-L-láctico se utiliza en brazos, en muslos, en cara anterior y posterior, en abdomen y en zonas donde se necesita más firmeza, porque tensa y también baja la celulitis. Hay muchas pacientes que creen que tienen celulitis, pero se trata de pseudo-celulitis. Me pasa mucho con las rodillas, multitud de mujeres creen que la tienen en las rodillas, pero es la flacidez, que ha aumentado con la edad.
- ¿Cómo es el procedimiento de ataque?
En la versión para glúteos, el producto se presenta en forma de polvo liofilizado al que se le pone un agua bidestilada y una pequeña cantidad de lidocaína (un anestésico local), para la que hacemos unos pequeños puntitos. Para la introducción del producto, utilizamos cánula. Puede dar respeto, pero es más segura. La aguja puede provocar hematomas porque tiene el extremo en punta, mientras que la cánula la tiene roma. La cánula hace una distribución más homogénea del producto, y provoca menos hematomas e inflamación molestando menos al paciente.
- ¿Qué cuidados se han de mantener en casa?
La paciente se va a su casa con dos tiritas muy pequeñitas en la entrada de la cánula y pueden hacer vida normal. Solo es importante que la primera semana masajeen la zona, y estar unos días sin hacer deporte. Y nada más. Hay médicos que aconsejan vestir una braguita push-up, y si quisieran utilizar prendas compresivas, pueden hacerlo.
- ¿Cuál es el número de sesiones necesarias?
Lo ideal son dos, separadas por dos meses cada una, ya que la producción de colágeno se empieza a producir a las 3 o 4 semanas. Notas una piel más redensificada, con más grosor y más cuerpo, una piel más joven y revitalizada. El efecto dura más de dos años.
- ¿Cómo es su paciente tipo y cuál es su feedback?
Es una mujer que se cuida, de 35 a 55 años, que se encuentra bien, pero va notando el paso del tiempo. Tenemos de ellas unas excelentes valoraciones en la calidad de su piel.