Drenaje linfático: la biblia anticelulitis
Si hay un tratamiento que lo tiene todo para lucir pierna este verano, ese es el drenaje linfático.
A pesar de la aparatología de tecnología punta, máquinas como recién aterrizadas de la luna o dispositivos que ni en Tesla, no se nos ocurre mejor idea para reforzar cualquier tratamiento para las piernas que el drenaje linfático. Manual, claro. Porque, al margen de lo que te haya tocado en suerte en el reparto genético, la belleza de las piernas no es solo cuestión de azar. Cyd Charisse, la actriz-bailarina con las piernas más bonitas de la historia, sabía muy bien que requieren atención (las suyas estaban aseguradas en 5 millones de dólares de los de hace 60 años). Y es que pueden aumentar su atractivo, y mucho, si se tratan con mimo. Y el drenaje linfático es uno de los programas más antiguos que existen en belleza, y el más infalible, porque todavía no ha nacido el robot capaz de conseguir lo que unas manos expertas.
85% y el 98% de las mujeres tienen celulitis
El drenaje linfático
Este clásico consigue la activación mediante masaje manual del líquido intersticial para favorecer la eliminación de las sustancias de desecho. Activa el metabolismo muscular y el flujo sanguíneo y desinflama los ganglios linfáticos. Consiste en suaves movimientos circulares con la presión necesaria para estimular el movimiento de la linfa y guiar el líquido estancado hacia el ganglio linfático con gestos de bombeo para que se drene y elimine. Por eso tiene tanto éxito como tratamiento anticelulítico, porque además es mano de santo contra la retención de líquidos. Es como si abriera las compuertas de un embalse.
9 de cada 10 mujeres tienen celulitis
Porque entre el 85% y el 98% de las mujeres tienen celulitis, pero ese no es el dato demoledor, sino el que aportó recientemente la presidenta de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética), la doctora Petra Vega: “4 de cada 10 mujeres con celulitis en las piernas dejan de ir en verano a la playa y la piscina por baja autoestima y complejos”. La incidencia de celulitis ha aumentado en los últimos 30 años debido al uso cada vez más temprano de anticonceptivos, al consumo de tabaco, al sedentarismo y a la mala alimentación. Si tienes tiempo y ganas, debes saber que aún estás a tiempo de aprender a hacerte todos los días el automasaje anticelulítico perfecto: tras la ducha, y con la piel seca, extiende el producto a ambos lados del muslo en sentido ascendente y ejerciendo una leve presión. Después, haz un pinzado rodado horizontal y transversal del exterior a la cara interna de toda la pierna en las zonas más conflictivas. También puedes probar con aceites esenciales reductores como la hiedra, el ciprés o el abedul. Liberarás tus piernas de la ley de la gravedad y ¡parecerá que vuelan! Nuestra recomendación en este caso es comenzar por una ducha fría en las piernas, aplicar los aceites desde el tobillo hacia la ingle con movimientos de amasamiento, y para terminar, descansar con los pies en alto.
Retaguardia en forma
Desde el punto de vista del bienestar, la retención de líquidos se manifiesta con pesadez e hinchazón en las piernas. A nivel estético, hay dos señales: la hinchazón de tobillos y la del hueco poplíteo (lo que nuestras abuelas llamaban “corvas”), un elemento clave en el drenaje de las piernas. Cuando las cruzamos estamos bloqueando esta acción, por lo que se hincha levemente cuando las piernas están “cargadas”. No dejamos de repetirlo: no beber líquido obliga al organismo a retener el suyo por si llega la carestía.