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Cuidar de las zonas que nos delatan

Las manos, el escote, los brazos, las rodillas… son zonas delicadas que hablan de nuestra edad, pero en las que no reparamos.

Todas las mujeres tendemos a hacer lo mismo: a concentrarnos en las zonas más visibles como rostro, abdomen y glúteos. Sin embargo, las que de verdad delatan el paso del tiempo nos pasan desapercibidas. Hablamos de las arrugas y flacidez por pérdida de colágeno en manos, escote, brazos y rodillas. Hay variadas soluciones para mejorar estas delicadas zonas. Vayamos por partes:

  • Las manos

Los estimuladores de colágeno son perfectos para hidratar en profundidad las manos, pero también las inyecciones de ácido hialurónico no reticulado o con reticulación media. En una sesión de 15 minutos se inyecta el producto sin dejar marcas. Además del efecto flash, la voluminización del dorso de las manos es bien patente.

  • El escote

Es, junto con las manos y el cuello, una zona que no puede mentir, aunque quiera; tiene una piel muy fina, casi siempre está expuesta a los rayos del sol, y no siempre la protegemos. Al menos no con la misma asiduidad que la piel de la cara, ni con la consciencia de la piel del cuerpo. El escote es ese tipo de “lugar de nadie” que muchas veces queda fuera de los cuidados entre cara y cuerpo, y que hay que reivindicar, sobre todo ahora que se acerca el verano.

El tratamiento para alisar y revitalizar la piel del escote es uno de los más demandados en las clínicas de medicina estética por las mujeres en la década de los 50 años.

Por eso desde hace un tiempo, los tratamientos médico-estéticos con ácido poli-L-láctico están desbancando a todas las otras opciones posibles.
  • Los brazos

Cómo eliminar la flacidez en los brazos es una de las búsquedas del sector de la medicina estética más solicitadas en google. Y es que el “efecto péndulo” o “alas de murciélago” que produce la falta de tensión en la piel del antebrazo es uno de los mayores signos femeninos de la edad. El problema comienza siempre a la altura de la axila, y se va desplazando hacia el codo a medida que pasa el tiempo sin poner remedio. Además, no tiene que ver con la falta de ejercicio, porque hablamos de la flacidez de la piel, no del músculo. Y la mejor respuesta para combatirlo con la medicina estética, hasta la fecha, es el ácido poli-L-láctico, el milagro tensor que está revolucionando los antebrazos femeninos.

  • Las rodillas

Si hay grasa acumulada, no hay nada mejor que la criolipólisis. Esta consiste en congelar el tejido adiposo, o sea, esa grasa localizada, en zonas que habitualmente resultan de difícil eliminación como por ejemplo las cartucheras, la cara interna de muslos y brazos, las rodillas, la papada, la zona dorsal de la espalda, y el rollito que se encuentra bajo el ombligo.

Pero además, sabemos de sobra, a estas alturas del campeonato que cuando la flacidez hace su aparición en determinadas zonas, las que más nos preocupan, como el interior de brazos y muslos, los glúteos o las rodillas, no hay cosmético que valga, por muy fiero que sea. Por eso desde hace un tiempo, los tratamientos médico-estéticos con ácido poli-L-láctico están desbancando a todas las otras opciones posibles.

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