Hilos tensores con conos bidireccionales
El siglo XXI ha hecho desaparecer prácticamente el lifting del mapa de soluciones antiaging. Por suerte, las técnicas de rejuvenecimiento son mucho menos gore que hace décadas.
Si algunas artistas de los años dorados de Hollywood levantaran la cabeza, volverían a sus aposentos de la rabia al descubrir cómo rejuvenecen estéticamente las mujeres del siglo XXI. Y es que, ¿quién quiere meterse en un quirófano, levantar la piel y estirarla hasta colocarla más allá de la frente?
Los famosos hilos que los médicos estéticos llevan ya colocando dos décadas comenzaron llamándose hilos japoneses o hilos mágicos. Se utilizan justo en ese momento en el que las mujeres empezamos a notar la flacidez en la piel. La razón es que a la fuerza de la gravedad se le une el hecho de que, con la edad, empezamos a dejar de producir tejido de sustento en la piel, volviéndose más frágil y menos resistente.
Así funcionan
Te contamos su modo de acción: se trata de unos hilos finísimos fabricados en un material biocompatible y absorbible, en su mayoría de ácido poli-L-láctico, que se insertan bajo la piel con una aguja muy final. Para que ejerzan tracción, llevan dos puntos de anclaje en los dos extremos. La aguja entra longitudinalmente en la zona del rostro que se quiera reposicionar, se llega con ellos al extremo de ese punto, y se ancla. Posteriormente, se van llevando poco a poco hasta el segundo extremo, donde se dejará anclado. Además de ejercer esa tracción inmediata que se va a producir en los tejidos, el ácido poli-L-láctico por sí mismo es capaz de generar la estimulación de las células que dan tersura a la piel, los fibroblastos, para que generen nuevo colágeno y elastina.
Con una buena combinación de hilos y ácido hialurónico en diferentes puntos de la cara, el médico estético puede elaborar un verdadero trabajo de escultura en el rostro
No todos son iguales
En líneas generales, los médicos estéticos disponen de cuatro tipos de hilos: los simples (fabricados en un hilo finísimo y sé que se utilizan sobre todo para reposicionar mentones descolgados), los compuestos (con un hilo más grueso), que se suelen ubicar en las arrugas de marioneta (de las comisuras de los labios a los extremos del mentón), los espiculados, con varios puntos de tracción (una especie de anzuelitos pequeños que se fijan de manera natural a la piel) que permiten una mayor sujeción y duración en el tiempo. Estos últimos se utilizan sobre todo en el cuello y los pómulos. Por último, los de conos bidireccionales consiguen una sujeción extraordinaria al anclarse a la piel ejerciendo dos sentidos de tracción. Funcionan de maravilla en pómulos, mandíbula y cuello, y sus efectos se mantienen mucho más en el tiempo.
Con una buena combinación de hilos y ácido hialurónico en diferentes puntos de la cara, el médico estético puede elaborar un verdadero trabajo de escultura en el rostro, recuperando los volúmenes perdidos.
¿Son para ti?
Si eres de las que nunca se han hecho nada en el rostro, tu médico estético tendrá que utilizar hilos para levantar estructuras. Pero si te has cuidado, solo tendrás que seguir con el mantenimiento, volver a rellenar tu fosa temporal para neutralizar el efecto de cadaverización (en la cola de las cejas se produce un hundimiento) y neutralizar posiciones y volúmenes.